miércoles, 26 de enero de 2011

DE PONER BOMBAS A LITERATO VICERAL DEL IMPERIO.


Por Gustavo de la Torre Morales

Carlos Alberto Montaner, reconocido agente de la CIA, osa plasmar en su web críticas hacia los países de América del Sur que se trazan un nuevo camino alejado de lo que por años orientaba el Tío Sam, desde el norte, y de las botas de las burguesías nacionales al servicio de dictaduras.


Lo más curioso, sobre este personaje, es que después de traidor, actor de sabotajes en La Habana y posterior inscrito agente de la CIA, se dio al uso de la pluma para estampar el veneno visceral adosado por sus reclutadores del norte brutal, apuntalar un fácil discurso al servicio de la filosofía colonial del despojo por las transnacionales del llamado primer mundo y el mediocre edulcorado lenguaje de sumisión dirigido al resto del mundo (del explotado tercer mundo) para seguir tergiversando, distorsionando y engañando a los ya desinformados por los monopolios mediáticos del capitalismo.

En estos días de enero del presente año, en sus parcas e insustanciales tertulias esbozadas en su web, Montaner arroja, una vez más, su toxina de literato para blasfemar de países latinoamericanos en procesos de transformaciones sociales: Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y, por lógica, en su artículo lo ubica en la cabecera, Cuba; a la cual incrimina de que Venezuela recuperara sus recursos naturales petrolíferos y sus beneficios, que Evo se identifique mucho más con los aborígenes de su tierra y el cuidado de la Tierra y no con la alcurnia burguesa, devoradora de la naturaleza para seguir enriqueciéndose.

Si tan ilustre es Montaner en las letras, no debería “olvidar” que siglos atrás, tanto a los Aimaras como a los Quechuas les fueron arrebatados sus paraísos andinos (arcaicos pero sin los mezquinos vicios del desarrollado mundo) por colonizadores escondidos bajo la excusa de “cristianizar”, mientras robaban los tesoros naturales existentes en estas tierras y masacraban sus poblaciones autóctonas. ¿Ya te olvidaste qué ocurrió en Cuba en la colonización por España, o en los territorios robados a México por el incipiente Estados Unidos?

Igualmente, culpa a Cuba de que Rafael Correa, aun cuando intenta dialogar con el gobierno de los Estados Unidos sobre diversos asuntos y se haga fotos con Hilary Clinton, critique con firmeza el genocida bloqueo económico, financiero y comercial, impuesto por el gigante del norte a la Isla caribeña.

O culpa a la Isla de la reelección de Daniel Ortega, pero con la esencial diferencia de los métodos; los Somozas aplicaban el terror, el asesinato, la tortura, las desapariciones, las represiones. Nuevamente el letrado Montaner omite que la triada de los Somozas asesinó a más de 50 mil personas en bombardeos indiscriminados contra las ciudades de Chinandega, Chichigalpa, Esteli, Leon, Managua, Masaya, y Rivas entre otras, así como en otros teatros de la guerra contra los sandinistas. Además, Anastasio Somoza Debayle, aliado al gobierno de los Estados Unidos como su familia, ayudó en la guerra norteamericana contra Cuba, proporcionando el Puerto de Cabezas a tropas mercenarias para que partieran y desembarcan en Cuba, por Playa Girón, en abril de 1961. Y como es natural para los lacayos del imperio, en julio de 1979, les dieron refugio en Miami.

Sin embargo, el mensaje subliminar no falta en las palabras de Carlos Alberto Montaner cuando comenta que Daniel Ortega recibe dinero de Hugo Chávez (intrigante comentario, como si el presidente venezolano fuera dueño de los fondos del Estado para disponer de ellos) y deja caer: “Mucha plata en un país muy pobre, pero si ese dinero llegara a faltarle su régimen se hundiría rápidamente.” Lo cual deja claro que derrocando el gobierno actual de Venezuela, Nicaragua se caería. Dos pájaros de un tiro. ¿Y cómo Montaner propone llevar cabo tal cosa? Bueno, claro está, él dejó de ser un pone bombas para convertirse en un respingado conferencista de chaquetillas para dar discursitos a favor de los golpes de estado (como el de Honduras por Micheletti), postrarse como “incondicional” ciervo alabando toda estrategia imperial contra el mundo y ser indirectamente un “inocente” compinche en atentados y políticas subversivas contra la libertad de los pueblos. Por lo tanto, deja eso para la ¿CIA?

Pero como buen hijo del chanchullo, en otra entrada de su blog masculla una lamentable comparación entre el proceso de investigación por la muerte del juez Roberto Piñeiro, del circuito de Miami-Dade, con una supuesta corrupción en algún país Andino, que no menciona con certeza_ ¿Será por la falta de pruebas o por miedo a que se descubra su embuste anecdótico?_ en el mismo escrito juzga que una mayor parte de los países de ese hemisferio no se levantaran del suelo y si lo hicieran, volverían a caer (America does not, and will not, rise off the ground, and, if it manages to, will repeatedly fall down) simplemente por no “abrazar” a ese primer mundo que tanto Carlos Alberto Montaner loa.

Lo anterior quiere decir que ser del tercer mundo no es sinónimo de poder ejercer verdadera justicia, pertenecer al mundo subdesarrollado es sinónimo de irresponsabilidad, corrupción y engaño.

Creo que Montaner debería rememorar el caso de su propio hermano y sobrino, para intentar adosar culpas de corrupción a otros.

El afanado literato es adicto defensor de la democracia y la justicia repartida por los gobiernos de Estados Unidos, quien busca paz dejando caer bombas atómicas, ha puesto en práctica su hegemonismo y autodeclarando su libertad para llevar a cabo invasiones por doquier, esparciendo el dominio militar con sus actuales 865 bases militares, apoyando y financiando golpes de estados, manteniendo cárceles secretas e ilegales donde se tortura, interviniendo en asuntos internos de otros países por la fuerza, enredado en corrupciones como el caso de Irán-Contras y con el mantenimiento de la otrora Escuela de las Américas (escuela militar fundada en 1946, implantada en Panamá y después trasladada a Fort Benning, Georgia), a la cual le cambiaron el nombre pero mantiene los mismos instructores, enseñando las mismas técnicas de crueldad, tortura y represión, dejando un rastro de cientos de miles de latinoamericanos torturados, violados, asesinados, desaparecidos, masacrados y obligados a refugiarse en el exilio.

Igualmente, Montaner alaba la justicia que se mueve en Miami, la misma que esconde a sus socios criminales, como Luis Posada Carriles, y condena a cinco cubanos que sólo defienden a su país de los actos terroristas organizados por organizaciones paramilitares ancladas en territorio norteamericano y amparadas por la justicia de ese país.

Montaner muestra su hipócrita sonrisa al mismo primer mundo que ha llevado siglos explotando a toda la América del Sur, parte de Asia y África y que ahora mira con beneplácito sólo a los gobiernos de esos países plegados a los intereses del mundo desarrollado. Por supuesto, Montaner expone que sólo los dispuestos al sacrificio (del servilismo y la subyugación) serán capaces de alcanzar esa justicia tan maltrecha que él aclama.

¡Pobre Montaner, qué iluso descarado!

Desacreditar es el nuevo estilo incorporado a sus artículos, artimaña adquirida de la diaria faena de los monopolios de la des-información en el capitalismo, práctica para tergiversar realidades. Descréditos corren sobre los presidentes de Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua.

¿Qué intenta criticarles Carlos Alberto Montaner? ¿Qué desde Cuba y Venezuela haya nacido el proyecto emancipador del ALBA (Alianza Bolivariana para América en un inicio, hoy denominada Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos)? ¿Qué por ser un proyecto económico, político y social basado en la colaboración desinteresada, la solidaridad entre los pueblos y la cooperación económica se hayan sumado otros países como Bolivia, Ecuador y Nicaragua? ¿Qué estos países no desean sumarse al sistema de desgarro desigual que pulula el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), creado por el Tío Sam en la filosofía del enfrentamiento de mercados, el endeudamiento en crescendo de los pobres y la dependencia de éstos a las economías fuertes del llamado primer mundo?

Pero Montaner prefiere ese primer mundo que hoy no se sostiene por la crisis económica global que ha creado, el cual está lleno de huelgas porque el pueblo es cada vez menos beneficiado, se acrecientan las desigualdades y los bancos dejan más desamparados en la calle; donde la discriminación racial es orden contra los negros y mestizos o se expulsan a gitanos; ese primer mundo que tiene funcionarios como Hilary Clinton, quien traicionó la inicial idea de una reforma sanitaria por la compra de su silencio (igual se ve traicionado el pueblo norteamericano por los republicanos al intentar desmantelar el intento de Obama de retomar la reforma sanitaria, hoy en día); ese primer mundo donde la carrera armamentista es la excusa para invasiones militares en nombre de la “paz y la democracia” o para legalizar la venta de armas como un “derecho humano” y éstas sirvan para el vandalismo y el crimen (Tucson es un reciente ejemplo).

¡Pobre Montaner, vaya clase de charlatán y farsante que viene a hablarnos de justicia!

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